Bueno. Hacía ya un tiempo que no escribía por aquí. Lo malo de pasarse un tiempo alejado de algo es que, cuando vuelves, te cuesta reconocerlo. No digamos volver a habituarte. Dejé de lado este blog por cuestiones diversas. La principal, para qué engañarnos, que soy muy vago y lo de las actualizaciones de contenido periódicas, en mi caso, oscilaba entre lo excepcional y lo inexistente. Eso, y varios meses dando tumbos, me han tenido (y seguramente me seguirán teniendo) alejado de estas bitácoras. Eso no ha evitado que el Mundo siguiese adelante (el muy mamón, por lo visto, no me necesita de cronista y se las apaña muy bien sin mí). Pero igual que múltiples razones me hicieron abandonarlo, razones igualmente notables me hacen retomarlo de vez en cuando. Y ya que vuelvo por mis fueros, mejor centrarme en lo que pretendía que esto fuera desde un principio: una plataforma donde reseñar las muestras audiovisuales que más me han llamado la atención últimamente y, más en concreto, en el campo del videoclip (nacional, preferentemente).
Una entrada que leí recientemente en un portal de internet (no necesariamente especializado) señalaba algunos de los, a su juicio, mejores videoclips españoles del pasado año. Sobra decir, para todos los que lo leyesen, que el listado era «para mear y no echar gota». Como no quiero, para nada, desmerecer el trabajo (por otro lado, técnicamente impecable) de muchos profesionales de nuestro país que trabajan en un mundo, en la mayoría de los casos, bastante desagradecido, eludiré citar algunos de los vídeos allí mencionados. Pero dicha selección me hizo pensar dos cosas:
A) El escaso conocimiento que hay sobre el videoclip español, precisamente en un momento en que se está produciendo una, llamémosla «efervescencia» del mismo. Un aluvión de nuevos talentos que han mudado sus esfuerzos del sacrificado y nunca suficientemente reconocido mundo del cortometraje al del vídeo musical, por mor de múltiples causas (a las que próximamente consagraré su propio artículo).
B) El (directamente) nulo conocimiento sobre los realizadores españoles que se dedican a este campo, fuera tanto del gremio como del reducido (aunque no tanto) pero muy fanático sector del público que sigue con asiduidad sus trabajos y que los valora como las obras audiovisuales que son, unas más artísticas, otras menos, con entidad propia, más allá del tema musical que pretenden ilustrar.
Es precisamente ahí donde pretendo centrar mi atención. Trabajos audiovisuales que, si bien se ven beneficiados de la promoción que suponen el tema y el grupo al que acompañan (y a la cual contribuyen), también tienden a verse eclipsados por ellos. Hasta tal punto es así que se suele decir (y no soy yo la excepción) «el nuevo vídeo de (pongamos) Radiohead» (en el caso de que algún director español hiciese vídeos para Radiohead), en lugar de «el nuevo vídeo de Garth Jennings para Radiohead»; o «el nuevo vídeo de Radiohead, dirigido por Garth Jennings».
Canadá, al los que ya retraté hace varios meses, justo antes de que diesen el salto internacional (para que vean que este blog no sólo lo lee mi madre; ¡qué sería de ellos sin mí!), fueron pioneros a la hora de incluir una secuencia de créditos al final de sus vídeos. Plataformas como Vimeo o Youtube permitían dar a conocer quiénes habían estado implicados en la realización del vídeo. Poco después, páginas como VenusPlutón! (de la que su propio nombre ya indica su orientación gafapástica: ¡no sabía el bueno de Zulueta lo que iba a engendrar!) o Waaau.tv, pusieron su granito (más bien su montaña) de arena para difundir el videoclip español y el trabajo de sus responsables. Obviamente no pretendo competir con ellas (que, por otro lado, son un referente ineludible para cualquier interesado en el tema), sino contribuir a completar su labor, añadiendo desde aquí mis propios intereses y mis (más bien modestos) conocimientos y descubrimientos sobre el asunto.
Así que, después de todo este rollo (lo malo de ser uno su propio editor es no tener sentido de la medida), inicio aquí una serie, pretendo que lo más extensa y, a la vez, selecta y rigurosa posible, de trabajos y realizadores españoles, unos emergentes, otros plenamente consolidados, que debrían ser conocidos (y, por qué no decirlo, reconocidos) por el respetable. Hace años intenté encontrar un sitio donde descubrir lo que se cocinaba por estos lares en materia de vídeos musicales; y juro que costaba Dios y ayuda encontrar algo. Ahora voy a intentar yo dar a conocer esos trabajos que, a mi juicio destacan sobre la media y, ¡qué puñetas!, son los que más me han llamado la atención.
Comencemos pues.
ALAN MASFERRER
Y qué mejor manera de comenzar que con uno de los descubrimientos del pasado año y, en buena medida, responsable de que haya retomado la idea de esta sección: Alan Masferrer (Barcelona, 1979) es uno de esos nuevos valores en alza que, de un tiempo a esta parte, viene reivindicando un lugar destacado en el panorama del videoclip nacional. Tras estudiar Publicidad y Comunicación Audiovisual en su ciudad natal, comienza una carrera como cortometrajista que le reporta diversos premios y reconocimientos. Muestra de ello es el cortometraje Container, co-realizado junto a David Muñoz, que puede verse más abajo. Compagina esta actividad con la de crítico cinematográfico y miembro de la formación de «grunge» Twisted Nails, para la que dirige varios videos. Serán precisamente estos trabajos los que comiencen a atraer la atención sobre su obra (entre otras, la mía) y le posibiliten comenzar a dirigir vídeos para otros artistas.
Su trabajo suele oscilar entre dos de las cuatro grandes variantes en que tiendo a clasificar el videoclip (¡así; porque yo lo valgo!): «de recurso narrativo-visual», «narrativo-literario», «estético-visual» o «de directo». Suena muy pedante y sesudo; además, me he inventado los nombres según escribía; pero es muy fácil de comprender:
A) Los primeros serían aquellos que encuentran un McGuffin narrativo o visual original y subordinan forma y contenido al mismo (suelen ser los vídeos más originales y recordados).
B) Los segundos son aquellos cortometrajes que cuentan una historia conforme a los parámetros narrativos clásicos (lo que, cuando estudiaba en la universidad llamaban «narración literaria decimonónica o de novela clásica»), esto es, realización invisible, identificación emocional con los personajes y narración lineal conforme al esquema clásico en tres «momentos».
C) Los terceros serían aquellos que subordinan el contenido a la estética «publicitaria», a su faceta puramente visual (a este grupo suelen pertenecer los típicos vídeos musicales estadounidenses de bombardeo de imágenes y montaje por saturación; también los popularente conocidos como «vídeos ochenteros»; aunque, con un poco de talento, también se han logrado verdaderas poesías visuales). Es el género en boga ahora mismo.
D) Los cuartos hablan por sí mismos: son aquellos en los que aparece el grupo tocando. Lisa y llánamente. Lo cual, a menos que se combine con uno de los tipos anteriores, suele dar como resultado actuaciones musicales grabadas, más que videoclips propiamente dichos.
El trabajo de Masferrer se adscribe, fundamentalmente, a los estilos A y C. Una original puesta en escena, que hace hincapié en un «gag» visual o narrativo (historias palindrómicas montadas a velocidad invertida, elaborados planos secuencia, bodycams, grabación por intervalos, reiteraciones…) y un enorme cuidado por la puesta en escena teatral y las imágenes con múltiples lecturas (hipnóticos ralentizados combinados con juegos de luces, cámaras que se mueven cadenciosamente…). Atmósferas y entornos inquietantes para relatar historias crípticas que, sin embargo, no impiden un cierto eclecticismo en sus trabajos. Sus vídeos para artistas como Joan Colomo, Ellos o Inspira reflejan multitud de influencias, aunque adaptadas a un estilo propio, espartano pero visualmente fascinante. Esto explica las llamativas diferencias que median, por ejemplo, entre sus dos últimos trabajos: Esgarriat, de los muy metaleros y «manowarianos» Moksha y Hasta el Final, de los Pet Shop Boys hispánicos Ellos.
Pero mejor hacerse una idea viendo algunas de sus creaciones:
Y aquí el enlace a la web de El País, para el vídeo de Hasta el Final, de Ellos.